La generación Look at me son los jóvenes que conviven desde su nacimiento con las nuevas tecnologías, que están acostumbrados a la exhibición de su intimidad en los medios de comunicación, familiarizados con la publicidad, la grabación y la exposición. Hoy en día son muchos los que documentan sus vidas y sus experiencias en páginas de redes sociales o que lloran, se ríen, se enamoran y sufren en nuestras pantallas. Viven de una manera especial, distinta, antinatural porque piensan, actúan, deciden y cambian influenciados por la grabación y la publicidad.
La situación es preocupante: los medios de comunicación rodean y utilizan a estos jóvenes. Consiguen que todos les veamos, les escuchemos, les sintamos a nuestro alrededor. Estamos componiendo una sociedad morbosa a la que le encanta opinar sobre sobre los suyos, apoyarles y animarles pero también aprovecharse de ellos y ofendenderles. ¿Y las víctimas? No se alteran, ni se preocupan, todo lo contrario. Están acostumbrados a vivir así e incluso piden o provocan esta situación. No son conscientes del peligro que supondrá esta manera de vivir, este mundo de la sobreinformación.
Tememos que la situación empeore y acabar con futuras generaciones despersonificadas, con chavales sin cultura y sin una propia identidad. Padres y profesores debemos asumir nuestro deber como preceptores, trabajando e investigando por la calidad y mejora de la educación, por la protección de nuestra prole.
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