sábado, 15 de noviembre de 2008

Vídeo: La escuela, una visión de los estudiantes de hoy

L: That´s a total of 26.5 hours per day... I am a multi-tasker (I have to be). Me identifico mucho con esta frase. Y con todo lo que expresan los estudiantes en el vídeo. Me he preguntado tantas veces en estos últimos cinco años what am I learning sitting here?...

Les cuento lo que hacemos los estudiantes en nuestra vida cotidiana: dormir (50 horas a la semana), aseo personal (10 horas semanales), comer (14 horas), viajar en transporte público (18 horas), trabajar (25 horas), ir a clase (15 horas) y estudiar (otras 15), hacer deporte (4 horas), actividades artísticas (5 horas), relacionarme con pareja y amigos (15 horas a la semana), conectarme a Internet (40 horas), hablar por teléfono (3 horas), cocinar, lavar la ropa, recoger la habitación, leer, escuchar música, ver una película, ir a comprar, pasear a la perra, regar las plantas, arreglar el grifo y la lámpara, contemplar a los abuelos, toser, pensar, escribir, soñar, reír, llorar, respirar...

¿Qué pasa en las aulas? Que falta motivación.
Llegamos a clase cansados de madrugar, de trabajar o de la multiactividad que desarrollamos a lo largo de la semana y la lección del día es incapaz de captar nuestra atención. No puedo echarle toda la culpa al profesor. Quizá deberíamos ser más coherentes con nuestras prioridades. Si un día decidimos entrar en la Universidad, sería porque realmente nos interesaba tal o cual tema y porque queríamos especializarnos y profundizar en eso que nos llamaba tanto la atención. Si no nos interesaba, si no íbamos a poder dedicarle el tiempo necesario ¿¿por qué entramos?? La sociedad de la información nos ha hecho jóvenes multiinteresados, tenemos más acceso a más temas que despiertan nuestra curiosidad. En el mismo periodo queremos abarcar más cosas: queremos estudiar una carrera, pero tenemos que trabajar y además queremos hacer deporte y salir de fiesta y bailar, viajar, encontrar pareja, aprender a coser, completar un facebook, cocinar, jugar a la videoconsola, leer, un instrumento, ir al cine... Resultado: menos tiempo para cada una, desespecialización, todo nos interesa pero no nos interesa nada y acabamos dedicándonos a muchas cosas, pero sin dedicarnos a algo en concreto. Si no nos sintiesemos presionados por el ritmo de la sociedad, por el erróneo concepto de la fugacidad de la juventud, quizá tendríamos más tiempo para todo lo que nos interesa y podríamos dedicarle a cada tema lo que realmente necesita. Ojala no tuviésemos que trabajar, ojalá pudiésemos llegar a clase con la motivación dentro, con dudas, con lecturas hechas... Pero la realidad es otra, entonces profesor ¿por qué no eres más consciente de la realidad de tu clase y adaptas las lecciones a las necesidades de tus alumnos? No hagas del aula un escenario para tus discursos magistrales que no interesan ni a los motivados, haz de nuestra aula un rincón de aprendizaje interactivo, un lugar donde poder descubrir los secretos de la vida. Enséñanos a comunicar, aprende nuestros nombres y anímanos a participar, reúnenos para disfrutar del puro saber ¿qué sentido tiene la enseñanza de otro modo?



A: El video nos da una imagen real de las características que tienen los jóvenes de hoy en día. Se presenta como es su vida cuotidiana y como pasan su tiempo libre. También que aprenden y que necesitan aprender.

Concretamente, los estudiantes de hoy en día consumen su tiempo, hablando por teléfono muchísimas horas. Todos hemos pasado largos ratos cerrados en nuestras habitaciones hablando por teléfono y nuestros padres desde fuera recriminándonos estos excesos. También la tele ocupa mucho del tiempo libre de los jóvenes. Sin duda, es uno de los medios de comunicación al que más horas dedican diariamente.
En fin, el ordenador, el absoluto medio de comunicación y de información, es la mayor ocupación de los jóvenes. Lo que pasa es que hoy en día, no hay, casi, joven que no sabe utilizarlo. Las cosas que hacen con el PC son incontables, les abre un mundo digital que les tiene fascinados.

Es verdad que la nueva generación tiene nuevas inquietudes y nuevos deseos que muchos de estos la sociedad no les entiende. Una de estas preocupaciones que tienen los jóvenes es la educación que reciben, la manera que esta se hace y su utilización. Pagan por libros que nunca abren, no se les dan estímulos para que vayan a clase, se continúan las métodos tradicionales, que ahora les parecen aburridas y no se evolucionan. También están preocupados por su futuro, ya que estudian carreras que a lo mejor no van a seguir. Su futuro les parece incierto y en general sienten rabia porque todos estos problemas no les han creado ellos pero los tienen que afrontar.

Por ultimo, las tecnologías están aquí y la nueva generación las entiende, las manipula mientras los profesores se niegan a afrontarlas. Hay que darnos cuenta que la tecnología puede ayudar y evolucionar si la manipulamos con la manera justa y correcta. Padres, profesores, todos tienen que cambiar su mentalidad, a abrirse al mundo de las tecnologías, abriéndose al mismo tiempo al mundo de los jóvenes.

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