sábado, 24 de enero de 2009

Moral del mínimo esfuerzo.

Estos son algunos ejemplos de empresas que ofrecen sus tecnologías para conseguir éxitos académicos sin tener que emplear grandes esfuerzos temporales o intelectuales (pinchar en las imágenes linqueadas para observar adecuadamente lo que publicitan):
  • OBS, Escuela de Negocios Online.
  • La Vagoteca del Rincón del Vago.
Navegando en Internet en busca del concepto esfuerzo, encontré el siguiente artículo, brillante y tan oportuno en El País.com: "El valor del esfuerzo" por Carmen Morán. Habla de la temible situación de los jóvenes estudiantes de hoy y su falta de esfuerzo para hacer las cosas bien, resultado de una escasa motivación e interés.

Intento buscar el origen-causa de la ausencia de atracciones, sugestiones, alicientes, disposiciones de los muchachos y me surge esta pequeña reflexión paradójica: después de tantos y tantos siglos de nuestra historia dedicándonos a inventar efectos, materiales o artilugios que nos hagan la vida más fácil, hemos llegado al clímax de la comodidad. Y resulta que ahora criticamos eso que tanto hemos perseguido: el mínimo esfuerzo. He oído a muchos padres quejarse y reprochar la dura vida que han llevado para darle a sus hijos una vida digna, una casa cómoda y un futuro seguro. Y lo poco que éstos lo valoran, desaprovechando las oportunidades que ellos no tuvieron. Los padres se esfuerzan para que sus hijos crezcan sin esforzarse y una vez crecidos lamentan que no se esfuerzan como ellos lo hicieron... ¿¡!? Es solo un inocente pensamiento que ha pasado por mi cabeza. Personalmente estoy convencida que sin esfuerzo no hay éxito. Me gustan las cosas bien hechas y para conseguir la perfección o eres un dios o tienes que echarle horas e imaginación, yo disfruto de esas horas y disfruto del resultado. Agradezco a mi madre que me haya regalado el don de la motivación.

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